Salud

La cocina andina se sacude los complejos

jueves 30, enero 2014 - 8:01 am

chef

Alimentos como la carne de llama, la chía, la kañiwa, el cushuro, el loco y la rica rica, y técnicas como la liofilización que inventaron los incas están devolviendo la identidad a la cocina del Eje Andino (Perú, Chile y Bolivia), de mano de jóvenes chefs al rescate de sus productos y tradiciones.

Invitada a esta duodécima edición de Madrid Fusión, por la riqueza de una despensa prácticamente desconocida para el resto del mundo y muy olvidada en sus países, la culinaria andina ha demostrado que está en plena ebullición, una vez que ha dejado de mirar a Francia para redescubrir su propia esencia.

Virgilio Martínez y Pía León, del restaurante Central (Lima); Rodolfo Guzmán, de Boragó (Santiago de Chile), y Kamilla Seidler y Michelangelo Cestari, de Gustu (La Paz), han presentado hoy creaciones que expresan sus territorios y la historia de sus países, una tendencia que define a una generación de jóvenes cocineros que se ha sacudido los complejos y lucha por la autenticidad.

publicidad

El joven cocinero peruano viaja a los Andes dos veces al mes para regresar a Central "cargado de productos". Su compromiso con la recuperación de alimentos casi olvidados le ha llevado a sumarse, junto a otros colegas y expertos en otras disciplinas, en el proyecto Mater Iniciativa, con el que recorren el país en busca de productos y técnicas ancestrales.

Así ha incorporado a sus recetas distintos tipos de maíz nativo, sal de Maras, la arcilla chaco, el pseudocereal kañiwa, las hojas de coca, el corazón de alpaca, el cushuro -una bacteria comestible de los lagos altoandinos, que "sabe a agua atrapada en los Andes" y con forma de esferificaciones verdosas- y la técnica de liofilización tal como la descubrieron los incas.

"El legado andino es tremendo, y Lima, con todos sus microclimas, nos va a llenar de distintos productos cada temporada", ha dicho Martínez, quien ha reconocido que la mayoría de estos alimentos son desconocidos por sus compatriotas en las ciudades, aunque se preservan en las zonas rurales.

Por su parte, Rodolfo Guzmán se ha propuesto "demostrar el temperamento del suelo chileno en sus platos". Formado en Mugaritz y muy cercano a la filosofía culinaria de su chef, Andoni Luis Aduriz, recolecta la mayoría de los alimentos y los completa con los cultivos de pequeños productores, y sigue la enseñanza de los mapuches sobre "la comida sustancial, silvestre".

Así, sigue la técnica mapuche de cocción con rescoldos en su plato de loco -caracol marino- con juncos de playa, acelgas de mar y verdolagas, tuesta las semillas del espino chileno como lo hicieron sus antepasados como sustituto del café y convierte en helado la planta rica rica, que sólo aparece en el desierto de Atacama cada cinco años.

La fundación que han creado, Meting Pot, ayuda también a los productores a dar a conocer sus alimentos y mejorar su producción, enseña en mercados y puestos de comida callejera a mejorar sus condiciones higiénicas y ha abierto varias escuelas. Su objetivo es extender el proyecto a otros países sudamericanos, "siempre bajo el paraguas de las actividades culinarias".

También han impulsado un laboratorio de alimentos bolivianos para documentar los productos del país y un huerto, donde recuperan especies vegetales perdidas y hierbas olvidadas. EFE



RECOMENDACIÓN DE LA REDACCIÓN





Opina y Comenta

VIDASANA abre este espacio de opiniones para que se pueda debatir, construir ideas y fomentar la reflexión. Por eso, pedimos que se evite hacer uso de ataques ofensivos, que incluyan malas palabras, de lo contrario nos reservamos el derecho de publicación.

Recuerde que este es un medio que está para generar opinión constructiva.

Deja un comentario