La piel es un órgano relativamente impermeable, que cubre el cuerpo en su totalidad. Tiene funciones de termorregulación, inmuno-protección y defensa contra agresiones externas, entre ellas el daño físico y las radiaciones ultravioletas.
Está formada por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis. La mayor parte de la radiación UV-B se absorbe en la epidermis, la UV-A llega hasta la dermis y la radiación visible puede llegar a la hipodermis. La elevada capacidad de penetración esta última radiación explica el hecho que podamos apreciar los vasos sanguíneos a través de la piel.
La piel no solo está sometida al envejecimiento intrínseco, inherente al paso del tiempo y denominado crono-envejecimiento, sino también al extrínseco, ocasionado por múltiples factores ambientales, especialmente la exposición crónica a la radiación ultravioleta.
El fotoenvejecimiento se refiere al desgaste prematuro de la piel, causado por la exposición a la radiación UV-A. La piel fotoenvejecida se caracteriza por la aparición de arrugas profundas y surcos, pérdida de elasticidad, hiperplasia sebácea y alteraciones en la pigmentación y la vascularización.
La exposición a la radiación solar nos puede ocasionar mucho daño en la piel. Con el pasar de los años podemos observar diversidad de lesiones, siendo las siguientes las más frecuentes:
* El melasma: son manchas oscuras o color marrón, que con frecuencia aparecen en las zonas expuestas del rostro, cuello y en ocasiones los antebrazos. Esta enfermedad está ligada a la exposición al sol, el embarazo, anticonceptivos orales y algunos medicamentos antiepilépticos.
* El léntigo solar: en la piel de adultos jóvenes y mayores, con exposición crónica al sol, se manifiesta con múltiples manchas de color amarillo claro, marrón claro u oscuro de hasta algunos centímetros de diámetro.
* Queratosis actínicas: conocidas también como queratosis seniles o solares, son lesiones pre-cancerosas. Por lo general, aparecen a partir de los 50 años de edad en personas que se queman fácilmente. Consisten en pequeñas y múltiples tumoraciones aplanadas de coloración rojiza–amarillenta.
* Carcinoma Basocelular (CBC): Es el cáncer cutáneo maligno más común, responsable de 60 de cada 100 tipos de cáncer de piel. Aparece principalmente en las zonas de máxima incidencia solar, como el cuello y la cara, especialmente alrededor de los ojos y nariz.
* El carcinoma espino-celular: representa 20 de cada 100 casos de los tumores epiteliales malignos. Suele aparecer en áreas foto-expuestas, sobre queratosis actínicas y se localiza preferentemente en el dorso de las manos, orejas y labios. Es más agresivo y de crecimiento más rápido que el CBC y puede dar lugar a metástasis.
* Melanoma: Aunque tan solo representa alrededor de tres por cada 100 neoplasias malignas de la piel es responsable del 65 por cada 100 muertes debidas a cáncer cutáneo. Se localiza en zonas donde la exposición suele ser irregular e intensa como la espalda, extremidades inferiores en mujeres y extremidades superiores en hombres, tiene gran capacidad de metástasis y puede extenderse a otras partes del cuerpo.
Dra. Carolina Guzmán de Leiva
Clínica Dermatológica
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